martes, 2 de septiembre de 2008

Lo ideológico no quita lo literario

En las últimas semanas, nuestro ambiente literario ha tenido ciertos matices de desavenencias, con respecto a una publicación de José Miguel Oviedo; las desavenencias en cuestión, han girado en torno a una riña que provendría de décadas pasadas; particularmente obviaré esto último que acabo de mencionar, ya que me parece insustancial y nada provechoso para con el tema literario que es lo importante. Sin embargo, no puedo obviar el otro lado de la moneda que refleja cuanta importancia se le da a la singularidad de pensamiento, en este caso el de la militancia política que el Grupo Narración profesaba. Es imposible negar que J. M. Oviedo no incluyera sus nombres por alguna razón de carencia en el aspecto formal, estético, reflexivo o de estilo literario, sino que no lo hizo por que este grupo tenía una visión política distinta a la suya.

No se pretende subestimar la calidad profesional de J. M. Oviedo, ya que es indudable su capacidad crítica; por la misma razón creo imposible mantener el silencio y debo manifestar el increíble talento literario que tienen los escritores que pertenecieron al Grupo Narración, estamos hablando de Oswaldo Reynoso, Antonio Gálvez Ronceros, Miguel Gutiérrez (ideólogo del grupo), Gregorio Martínez, Roberto Reyes; cada uno de ellos contienen en sus obras diversos rasgos que enaltecen nuestra literatura, negarlos sería absurdo, ya que incluso no hay necesidad de ser un entendido en la materia para saber con qué clase de profesionales estamos tratando.

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