martes, 14 de octubre de 2008

AHORA SÍ... ¿LA MUERTE DEL AUTOR?

Lo que habría parecido ficción en determinado tiempo y espacio hoy parece ser una realidad ciertamente desconcertante, por lo menos para algunos. Y es que para comienzos de este año, en enero, la editorial rusa Astral SPb, de San Petersburgo, anunciaba al mundo la publicación de la primera novela escrita por un ordenador. “Amor verdadero” es el título provisional de esta novela. El autor: un programa llamado PC Writer 2008, que en sólo tres días terminó la escritura de esta obra. La historia, ambientada en los tiempos actuales y que tiene como escenario una isla desierta, está basada en los personajes de la novela de Tolstoi, Anna Karenina. A este programa se le ha podido implantar no sólo una gramática perfecta sino también todo un estilo basado en el vocabulario, el lenguaje y las herramientas narrativas de 13 escritores rusos y de otros países, de los siglos XIX y XX. Bastó entonces programar ciertos ejes temáticos y ciertas pautas como el vocabulario, los rasgos físicos y el perfil psicológico de los personajes para hacer que una computadora realice todo el trabajo y reemplace la pluma humana, entregando resultados, además, exorbitantemente rápido. Luego de una primera lectura, los editores indicaron algunos cambios, por lo que sólo se tuvo que variar ciertos datos iniciales y esperar sólo tres días más para tener ya una segunda versión definitiva de la novela. Con la nueva versión aprobada, se ordenaron 10 000 copias para lanzarlas al mercado.
Finalmente asistimos al aplastamiento del ser humano por la inmensa máquina del comercio. Los editores han buscado y encontrado la forma de poder librarse de ese odioso ser que es el escritor, aquel quisquilloso sujeto con ideas y opiniones propias, quien a veces se retrasa con la entrega de sus escritos, haciendo perder tiempo y dinero, o que suele poner peros y censurar alguna alteración espantosa contra sus páginas, ése que es el culpable de los dolores de cabeza de los hombres tras el despacho: Fácil, no se le necesita más. Ahorrémonos ese tedioso y problemático trato humano y fabriquemos nuestro propio escritor, a pedido, señores, el más dócil y eficiente productor de libros y baratísimo, además.
Esta publicación traía consigo, en medio de las numerosas opiniones en contra por parte de escritores y críticos, grandes esperanzas de la confirmación del triunfo de la independencia de las casas editoriales. Se vería si los lectores respondían bien o no ante la presencia en los aparadores de las librerías de este nuevo libro, hijo de la tecnología y ya no de un ser humano y su complejo y riquísimo universo. Algo sí podríamos decir ante esta expectativa: Si la comunidad lectora provoca que el tiraje de esta novela se agote rápidamente no debe entenderse esto como aquella ansiada confirmación. Se deberá, básicamente, a la novedad que implica el que este libro sea la primera novela escrita por una computadora y si los editores no entienden esto y se lanzan a repetir el plato una y otra vez muy probablemente irán viendo el sistemático descenso en sus índices de ventas. Si, por el contrario, el público rechaza de plano este libro tendríamos, en cierta forma, el mismo escenario que el caso anterior: sería el suspiro de alivio y la sonrisa para los que aún tenemos fe en que, habrá llegado la hora en que la tecnología pueda hacer casi de todo, pero no ha de llegar la hora en que el ser humano deje en manos de un programa de computadora el sin igual hecho de sentarse a leer una novela, de entregarle a una obra el permiso de jugar con sus emociones, de que ésta le hable de sentimientos, de conflictos humanos sin haber sentido su creador nunca nada más que la presión de las teclas manipuladas.
Roland Barthes anunció la muerte del autor y hoy parecemos estar más cerca que nunca de esa sentencia. Si este crítico estuviera vivo hoy para saber de esto de hecho habría pensado que esta novela carece totalmente de vida propia, pues, para Barthes, la vida que toda obra literaria crea está basada en la relación que existe entre el escritor y el mundo. Nunca más agredida esta relación que en el caso que hoy comentamos.
Nos toca, pues, esperar que la traducción de esta novela llegue a estos lares y ver así qué sucede con ella en los escaparates de las librerías y también, para el caso de este maravilloso país, en los puestos informales de piratería cultural.

No hay comentarios: